lunes, enero 29, 2007

Un día gris

El día de la candelaria está por llegar. Y yo poco a poco alcanso la hebriedad. Con maestros anulados y examenes que se aproximan, mi corazón late y se llena de ansiedad.

O dios mio ¿qué voy a hacer? O padre mio ¿Qué hay que saber?
Viene la luna, me pongo a leer. Leer un capitulo hasta el anochecer.

Me faltan tres horas, ya estoy por terminar. Con sueños en mente, yo empieso a descansar. La meta ya llega, y con mucha ansiedad. La serenidad se arrima, acompañado por la tranquilidad. Oreja en la almohada, provocando sueños de caridad. Me quedan tres horas, me falta todavía madrugar.